Antipodes (Que vienen los indies!)

En ocasiones, lo que diferencia un buen juego (o película, o libro…) de uno especial es su capacidad para sorprender al jugador. En el segundo caso, sin duda, se trata de juegos que recordamos durando mucho tiempo, porque dejan huella en nosotros.

El problema es que hoy en día, con la masificación y la immediatez de los medios de comunicación, resulta muy complicado llegar virgen a cualquier experiencia con un poco de renombre. Ese, por ejemplo, fue mi problema con Superbrothers EP: Sword and Sworcery. Tanto se dijo, se discutió, se comentó, se relató, que cuando me llegó el momento de jugarlo había perdido el factor sorpresa, y por lo tanto mi experiencia con él osciló entre el «es bonito» al «meh» más absoluto.

Por ello es bueno, de vez en cuando, mirar a las propuestas más alternativas, aquellas de las que nadie habla, aquellas que nadie conoce, aquellas que nacen sin fanfarria, porque de esta forma es donde nos encontraremos con las propuestas que más desprevenidos nos pueden pillar.

La que hoy nos ocupa es «Antipodes» de la desarrolladora indie Lorena Casanova (@missscripter en Twitter).

Antipodes es un plataformas vertical con mucho añadido. Es como si Terraria y Mr. Driller hubieran tenido un hijo bastardo con aficion por Super Mario Bros.

La propuesta es, simple y llanamente, atravesar el planeta tierra y, para tal fin, se nos divide el juego en dos partes: primero descendemos hasta el núcleo del planeta, al llegar al centro la tierra gira 180º sobre su eje, y entonces toca ascender hasta la superficie del otro lado del globo.

El juego, especialmente en la parte del descenso, es divertidísimo, y lo es por varios motivos. Lo primero, porque la mecànica, que no es nueva pero sí contrastada, ya lo es, pero es que además Lorena ya se ha encargado de añadir constantemente pequeños detalles que hacen que la experiencia nos sorprenda cada pocos minutos y no nos deja caer en el tedio y la repetición en el que un juego de este tipo sería tan fácil caer. Desde un pequeño cambio en la mecánica del juego hasta la aparición de invitados sorpresa, así como los diferentes objetos que se esconden detras de los bloques que vamos excavando, que con su estilo retro con píxeles como paellas adquieren cierta gracia por su inocencia y simplicidad.

La segunda parte, para mí, se hizo mucho más tediosa y lenta, ya que el hecho de tener que ir «haciendo escalera» lleva mucho más trabajo que simplemente excavar hacia abajo y dejarte caer. Además, da la sensación de que los checkpoints estan mucho más separados y eso crea cierta frustración al tener que repetir secciones muy largas en las que no hay dificultad alguna, más allá que, lo dicho, «hacer escalera».

Otro punto negativo es la cantidad de bugs gordísimos que hay en el juego. Si fuera un juego comercial acabado sería imperdonable, ya que ocurren muy a menudo cosas tan graves como que una canción se quede bloqueada en bucle sonando durante toda la partida y superponiendose al resto de canciones, o el hecho de que la función de guardado de partida nunca funcione. Hay otros bugs que incluso pueden resultar graciosos, como el hecho de que cuando te matan y continuas nuestro personaje aparece excavando frenéticamente como si mantuvieramos pulsado el botón de «dig down». Pero lo cierto es que Antipodes aún está en fase beta y por lo tanto podemos y debemos darle el beneficio de la duda y esperar a que todos los bugs sean corregidos.

En resumen, Antipodes es una experiéncia muy recomendable para todos aquellos que busquen una propuesta fresca y diferente y, si en la versión final los bugs son corregidos (y quizá se cambie un poco la mecànica o el diseño de la segunda parte) puede ser sin duda uno de los grandes del mercado indie de este año.

Podeis pillarlo en Desura o en Indievania y, a pesar de que se puede descargar de gratis, no me seais mierder y donad algo, por poco que sea, que la ocasión lo merece.

PS: Lorena, queremos versión para Mac! 😉

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