O lo que es lo mismo: no me gustan las políticas tipo Capcom (tu antes molabas) de vender juegos «cut-in-a-fucking-half-and-pay-more-for-the-rest edition».
Cuando compro un juego quiero que venga entero, con todo el contenido que ha sido diseñado para él, y que los DLC sean añadidos de valor extra, no partes del juego que el desarrollador ha decidido quitar para sacar más rendimiento.
Disfruté del Marvel vs Capcom 2 en Dreamcast lo que no está escrito. Creo que, con Guilty Gear (XX #reload), es el único juego de lucha donde he llegado a dominar el sistema de combos de una forma medianamente decente, y con mi equipo Sonson, Spiderman y Wolverine (con eventuales salidas del banquillo de Cable) era jodidamente imbatible.
Todo ello debería llevar a pensar que haría cola en mi tienda de videojuegos el día que salió Marvel vs Capcom 3. Pues no.
Ni siquiera lo compré, ni pienso hacerlo, porque no me da la gana de comprar un juego partido por la mitad por el que tengo que volver a pagar si quiero tenerlo entero. Y no me sirve la triste excusa del «Ultimate Marvel vs Capcom 3» porque siguen faltando cosas. Yo quiero un juego entero.
Cierto es que Capcom lleva haciendo esto desde la época de Street Fighter II (Super Street fighter II’ turbo Championsip edition Hyper fighting) pero no tenía el descaro de hacer pagar por un contenido QUE YA ESTABA INCLUIDO EN EL CARTUCHO.
Existe la eterna discusión sobre que DLCs son reprobables y cuales no. Se habla de DLC modelo como las expansiones de GTAIV y de DLC mierder como el mencionado o los de Ubisoft.
Mi punto de vista es que con una Super Nintendo no necesito DLCs.