Por què soy retrogamer? Motivo #2: quiero juegos enteros.

O lo que es lo mismo: no me gustan las políticas tipo Capcom (tu antes molabas) de vender juegos «cut-in-a-fucking-half-and-pay-more-for-the-rest edition».

Cuando compro un juego quiero que venga entero, con todo el contenido que ha sido diseñado para él, y que los DLC sean añadidos de valor extra, no partes del juego que el desarrollador ha decidido quitar para sacar más rendimiento.

Disfruté del Marvel vs Capcom 2 en Dreamcast lo que no está escrito. Creo que, con Guilty Gear (XX #reload), es el único juego de lucha donde he llegado a dominar el sistema de combos de una forma medianamente decente, y con mi equipo Sonson, Spiderman y Wolverine (con eventuales salidas del banquillo de Cable) era jodidamente imbatible.

Todo ello debería llevar a pensar que haría cola en mi tienda de videojuegos el día que salió Marvel vs Capcom 3. Pues no.

Ni siquiera lo compré, ni pienso hacerlo, porque no me da la gana de comprar un juego partido por la mitad por el que tengo que volver a pagar si quiero tenerlo entero. Y no me sirve la triste excusa del «Ultimate Marvel vs Capcom 3» porque siguen faltando cosas. Yo quiero un juego entero.

Cierto es que Capcom lleva haciendo esto desde la época de Street Fighter II (Super Street fighter II’ turbo Championsip edition Hyper fighting) pero no tenía el descaro de hacer pagar por un contenido QUE YA ESTABA INCLUIDO EN EL CARTUCHO.

Existe la eterna discusión sobre que DLCs son reprobables y cuales no. Se habla de DLC modelo como las expansiones de GTAIV y de DLC mierder como el mencionado o los de Ubisoft.

Mi punto de vista es que con una Super Nintendo no necesito DLCs.

La sórdida historia detrás de Mr. Driller

Hay videojuegos que tienen detrás un secreto oscuro, algunos comprobados, otros que siguen siendo un misterio, como la recreativa de control mental Polybius, o la canción del Pueblo Lavanda en la primera edición japonesa de Pokémon, que supuestamente indujo al suicidio a niños japoneses, o el cartucho embrujado de Majora’s Mask, del que hay documentos gráficos en Youtube.

En esta ocasión, usando datos objetivos y una interpretación psicoanalítica de símbolos, demostraré que hay un juego que detrás de una fachada de amabilidad y infantilismo rezuma un plan gubernamental urdido con ayuda de Namco para el control de la población (que salió mal).

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Non nostalgic retro review: Soleil

Inauguro blog y sección con él.

En las «non nostalgic» reviews, un concepto que vi por primera vez en los videos de Rinrygamegame, haré un repaso por juegos de la época 8/16bit que no jugué en su dia, y por lo tanto, que prácticamente ningún factor emocional o nostálgico se puede interponer.

Por supuesto ese «prácticamente» no es gratuito, ya que para un retrogamer basta con percibir por las retinas amasijos de píxeles de colores para ponerse burrotes, pero lo cierto es que aun con eso, hay juegos que envejecen muy mal, y a veces la única forma de darse cuenta de ello, es no haberlos jugado en la infancia.

Estrenaremos la sección con una pequeña joya de los 16 bits. Soleil para Megadrive.
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Doom 64 y Guilty Gear 2: Con otro nombre molarían.

Hay juegos que la historia ha castigado duramente y ha relegado al olvido injustamente. Algunos de ellos ha sido por no saber llegar al público adecuado, como es el caso del genial Beyond Good and Evil. Otros simplemente han tenido la mala fortuna de tener el nombre equivocado, normalmente el de una gran franquicia a la que no han sabido estar a la altura.

No se trata de juegos malos, ni mucho menos, pero soportar el peso de la losa que es llevar un gran nombre siempre es una carga, porque te obliga a estar a su nivel o morir. Que se lo pregunten al hijo de John Coltrane.

A continuación, despues del salto, dos ejemplos. Sigue leyendo

Por què soy retrogamer? Motivo #1: inmediatez

Soy retrogamer.

Me pone mucho más un pixel gordote como un puto puño que un modelado de cientos de polígonos con texturas hd y transformación a tiempo real.

Flipo muchísimo más con un tema chiptune, como cualquiera de la banda sonora del Megaman 3 de NES (la mejor banda sonora de la historia de los videojuegos) que con la locura orquestada de cualquier super producción actual.

Y no dejo de reconocer que gran parte de ser un retrogamer es, pura y llanamente, nostalgia. Jugar a juegos de nuestra infancia nos retrae a épocas que recordamos mejores, sin tantas responsabilidades ni preocupaciones.

Pero aún así, tengo motivos pragmáticos y objetivos para preferir encender una Megadrive a una XBOX 360, por ejemplo, la inmediatez.

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