Rock indie, jamones enlatados y pixelotes como puños en Silent Hill… ¡O Lone Survivor!

Con un tónico cur… Una bebida energética a las doce menos cuarto de la noche, me dispongo a contaros mi particular opinión sobre Lone Survivor, el juego aparecido hace unos dos años para Steam y PS3, ahora extendido con su «Director’s Cut» y reaparecido para Vita, Wii U y PS4. Coged la linterna y los crackers de gambas, que nos vamos pa’l sótano.

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Lone Survivor parte presentándonos al personaje, el supuestamente último superviviente de una hecatombe de proporciones desconocidas que ha asolado a la humanidad convirtiéndola en criaturas carnívoras, que es nada más y nada menos que, el hombre de la mascarilla quirúrgica… You! O sea, sí, sí, tú mismo, no tiene otro nombre. Si no crees ser tú, ya me lo irás contando con la inmersión que vas notando a medida que avanzamos entre los pasillos.

 

Pues bien, You se siente muy solo, prácticamente sin recursos, y atrincherado en un apartamento, por lo que decide salir a buscar supervivientes y recursos, escapar… O morir en el intento. El chaval no es un optimista, pero pensad que la salud mental de You tiene mucho a decir en el desarrollo de la partida. Puede volverse todo un «don’t worry, be happy» si le alimentamos con buenos recursos, le mantenemos entretenido con la consola o regando a nuestra planta Chuck, le hacemos dormir bien y cuidamos los enfrentamientos con las criaturas que pueblan casi todos los pasillos… O puede volverse un psicópata falto de todo entendimiento, que no sepa ni cómo utilizar una plancha para carne en la cocina, si le hinchamos a pastillas, comemos sin importarnos qué y reventamos sesos de monstruo a troche y moche. Todo ello desembocará, nuestras acciones y decisiones, en uno u otro final, hasta un total de cinco finales… ¿Os suena?

A los que no os suene, cinco finales es solamente una de las muchas, muchísimas cosas que Lone Survivor ofrece del mismo modo que Silent Hill. En bandeja oxidada.
En nuestro camino en busca de la cordura o la perdición, supervivientes, recursos y pilas para la linterna (sí, aquí se puede quedar sin), pasaremos por caminos que van de los pasillos del edificio de apartamentos, a cuevas, calles y subterráneos cubiertos de sangre, venas, óxido, gore y muchos bichos. El mundo nos puede ofrecer una sorpresa sin avisar, y el juego no transmite menos angústia pese a estar definido y creado en un estilo Pixel Art. Sumándole la banda sonora, los efectos de sonido, la oscuridad omnipresente pese a la luz, y un mapa y situaciones que os sonarán de mucho a los amantes del género, yo realmente me sentí como si estuviera jugando con Harry Mason en una Game Boy Color. Pero sin buscar a mi hija.

 

Los personajes, no demasiados, compartiendo de nuevo con la «ciudad de la niebla», son abstractos, irreales y faltos de sentido en varias ocasiones, pero siempre mantienen un punto de realidad que realmente nos hace pensar en si están ahí, o son una alucinación de la sufrida psique de You. Si les ayudamos o les perjudicamos, de eso… Depende en buena parte la salud mental y, con ello, del final que quiera descubrir cada uno.

Una vez terminada la partida por primera vez, se activa la opción «New Game +», donde veremos el contenido adiccional de la «Director’s Cut), como localizaciones, diálogos y objetos añadidos a los que ya llevaba la versión original. El juego en sí no es muy largo (yo lo terminé en unas seis horas la primera partida), pero es muy rejugable si quieres ir a buscar todos los endings y secretos. La historia puede parecer confusa o algo inconexa la primera vez que lo terminéis (no por ello menos profunda), pero terminadlo varias veces y buscando todos sus finales y ataréis cabos.

La guinda del juego es, sin duda, la banda sonora. Es todo un homenaje. Jugadlo con auriculares en portátil o en el gamepad y apagad las luces. No solamente la música es opresiva, chocante y, en ocasiones, curiosa y fresca. Los efectos de sonido están trabajados de tal modo que, cuando nos ocultemos de un monstruo y pase del punto A al punto B, sentiremos al bicho respirando, comiendo o arrastrándose de NUESTRO punto A al B. Parece que están a tu lado.

 

Pero no todo el monte es orégano, ni oro todo lo que reluce. Al ser un juego de desplazamiento en scroll horizontal, tienes que guiarte mucho mejor a la hora de recorrer pasillos y escoger caminos, y si además no podemos consultar el mapa (como en el modo difícil), podríamos perdernos igual sin saber cómo. Además, el juego no llega en castellano, así que, o sabemos inglés, o no nos quedaremos con la copla.

Es creación de Jasper Byrne, músico aparte de desarrollador independiente de videojuegos. Para muchos es una garantía que hace ganar puntos, y yo lo confirmo.

Con esto termino la review, ¡pero no sin antes daros una de cal, y otra de arena!

LO MEJOR

  1.  El efecto/ambientación. Lone Survivor te mete en sus sangrientos pasillos y oxidados callejones y hace que sus monstruos te persigan de verdad. Vas a pegar más de un salto y vas a maldecir a más de uno.
  2. El sonido. Yendo de la música más misteriosa, taladrante y abstracta a temas más frescos y etéreos. Pasar de un tema a otro casi te hace sentir salir del agujero. Y los monstruos te respiran al oído.
  3. Los gráficos. Con Lone Survivor, creo que se demuestra que el efecto que transmita un juego no tiene por qué ir siempre atado a su calidad gráfica. Pese a su aspecto en ocho y dieciséis bits (los más mayorcetes lo van a adorar), el juego te transmitirá una sensación pura, angustiosa y a la vez tan echada ya de menos… Y a eso se le llama…
  4. Survival Horror! En todo su esplendor. Si echabas de menos el agobio morboso de las primeras entregas de SIlent Hill, Resident Evil o Alone in the Dark, con sus brochazos psicológicos y sin que los tiros sean la única salida, Lone Survivor te va a encantar, sin ninguna duda.

LO PEOR

  1. El recorrido. Si no aprendes a interpretar bien el mapa y a orientarte, te puedes ver entrando por puertas que te lleven totalmente al revés del camino que quisieras seguir. Pega del scroll horizontal.
  2. Las animaciones. Si bien los gráficos Pixel Art consiguen transmitir algunas sorpresas inesperadas y un fuerte sabor retro, las animaciones son más bien toscas y sencillas. Sigue siendo un mal menor.
  3. La duración. No va más allá de las seis horitas la primera partida, y se reduce en las siguientes al conocer mejor el recorrido, pero no sabe nada mal, ya que cada partida puede ser bien diferente dependiendo del final que queramos… ¡Que son hasta cinco!

 

Y hasta aquí hemos llegado. Lone Survivor ha sido una gratísima sorpresa, y en mi opinión personal, todo un tributo a los primeros Silent Hill, con su ambientación, sonido, situaciones, personajes e incluso el sistema «Safe Home», el ir a guardar y a gestionarse a nuestro apartamento, al estilo de SH4. Y al tenerlo por ni siquiera doce euritos, por mi parte se lleva…

 

UN NUEVEEEEEEEEEE! 😀 😀 😀

 

Y ahora, coged la mochila, ponéos la máscara y si, os atrevéis, entrad en la oscuridad, de los pasillos y de la propia mente, de Lone Survivor. ¡¡¡Un saludo y gozad del suspense visceral!!!

Por: hellraiser89tkd